martes, 14 de febrero de 2012

..."de la amistad"...Aristóteles....



“...La amistad es una virtud, o va acompañada de virtud, y además es lo más necesario para la vida. Sin amigos, nadie querría vivir aun cuando dispusiera de todos los demás bienes. Y también en la pobreza y en las demás desgracias se considera a los amigos como el único refugio.
Los jóvenes  necesitan a los amigos  para evitar el error;  los ancianos, para su asistencia y como ayuda; los que están en la flor de la vida, para las acciones nobles: “dos marchando juntos”, así, efectivamente, están más capacitados para pensar y actuar.
En los viajes puede observarse  cuán familiar y amigo es todo hombre para el hombre. Parece además que la amistad mantiene unidas a las ciudades. Y cuando los  hombres son amigos, ninguna necesidad hay de justicia, mientras que aun siendo justos  necesitan además de la amistad,  y parece, por otra parte que son los justos los más capacitados  para la amistad.
Pero la amistad no es sólo objeto necesario, sino también algo hermoso. Efectivamente, alabamos a los que aman a sus amigos, y tener muchos amigos se valora como una de las mejores cosas, llegando incluso, a identificar, en nuestra opinión, hombres buenos y amigos.
Por otro lado, se discute mucho sobre ella. Por ejemplo; ¿la amistad presenta una sola modalidad o varias?, ¿qué es, verdaderamente, la amistad?, ¿es posible que los malos sean amigos?...                                
Son tres las especies de amistad. En cada una de estas especies de amistad quieren el bien los unos de otros en la forma correspondiente al modo como se quieren.
Así aquellos que se quieren por interés no se quieren por sí mismos, sino en la sola medida en que se beneficien los unos de los otros.
Igualmente los que se quieren por placer: aquéllos que son superficiales no tienen afecto a otros porque sean de una condición determinada, sino simplemente porque les resultan agradables.
Estas amistades lo son, por tanto, por accidente. Cuando ya los supuestos amigos ya no son útiles o agradables el uno para el otro, dejan de quererse.
Pero la amistad perfecta es la de los hombres buenos e iguales en virtud. Y ello es así porque éstos quieren el bien el uno del otro en cuanto son buenos y son buenos por sí mismos; y permanecen amigos mientras son buenos. Además, los que son buenos son también útiles; y asimismo agradables los unos para los otros.
Tales amistades son raras y requieren tiempo y trato ni tampoco se aceptan mutuamente como amigos, ni serlo realmente hasta que cada uno se haya mostrado al otro como digno de afecto y de confianza.
El amigo es otro yo. Los buenos amigos, al quererse, aman realmente su propio bien, dado que el bueno, al hacerse amigo de alguien, se constituye en un bien para aquél de quien es amigo.
Se define al amigo como aquél que quiere y hace el bien o lo que a él le parece ser un bien, por causa del otro, o como el que quiere que su amigo exista y viva por puro amor, del amigo mismo.
¿Es  mejor querer, que ser querido? La mayoría de los seres humanos parecen preferir, movidos por la ambición, ser queridos a querer, y esto explica que a la mayoría de los hombres les gusta la adulación. Pero, según el común parecer, la amistad consiste mas en querer que ser querido.
Los malvados siempre buscan la posibilidad de obtener algún provecho. Los malos buscan siempre la compañía de otros para pasar los días, y huyen de sí mismos, porque les vienen a la memoria muchas cosas desagradables pasadas  o en los que harán en el futuro, mientras que estando con otros no piensan en ellas.
No debemos  amar lo que es malo,  ni asemejarnos a un ser despreciable, dado que, según opinión común, lo semejante ama a su semejante. Pero si alguien es posible de corregirse, se debe tratar de ayudarle. 
La sola presencia de los amigos resulta grata, tanto en la buena como en la mala fortuna. Así los que están pasando por un momento desgraciado encuentran alivio cuando sus  amigos se conduelen con ellos.
Pero por otra parte, los hombres de naturaleza fuerte, se esfuerzan para evitar que sus amigos tomen parte en sus penas.
No obstante es bueno acudir junto  a los que pasan por adversidad sin que nos llamen y de buena gana (porque es propio del amigo hacer bien, y sobre todo a los que lo necesitan  y no lo han pedido, y esto es para ambos más noble y grato), y, en las alegrías colaborar gustosos (pues también en ellas son  necesarios los amigos)..."

Textos seleccionados de: "Ëtica a Nicómaco" de Aristóteles....





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