“...La amistad es una virtud, o va acompañada de virtud, y además es lo más necesario para la vida. Sin amigos, nadie querría vivir aun cuando dispusiera de todos los demás bienes. Y también en la pobreza y en las demás desgracias se considera a los amigos como el único refugio.
Los
jóvenes necesitan a los amigos para evitar el error; los ancianos, para su asistencia y como
ayuda; los que están en la flor de la vida, para las acciones nobles: “dos
marchando juntos”, así, efectivamente, están más capacitados para pensar y
actuar.
En los viajes
puede observarse cuán familiar y amigo
es todo hombre para el hombre. Parece además que la amistad mantiene unidas a
las ciudades. Y cuando los hombres son
amigos, ninguna necesidad hay de justicia, mientras que aun siendo justos necesitan además de la amistad, y parece, por otra parte que son los justos
los más capacitados para la amistad.
Pero la amistad
no es sólo objeto necesario, sino también algo hermoso. Efectivamente, alabamos
a los que aman a sus amigos, y tener muchos amigos se valora como una de las
mejores cosas, llegando incluso, a identificar, en nuestra opinión, hombres
buenos y amigos.
Por otro lado,
se discute mucho sobre ella. Por ejemplo; ¿la amistad presenta una sola modalidad
o varias?, ¿qué es, verdaderamente, la amistad?, ¿es posible que los malos sean
amigos?...
Son
tres las especies de amistad. En cada una de estas especies de amistad quieren
el bien los unos de otros en la forma correspondiente al modo como se quieren.
Así aquellos que
se quieren por interés no se quieren por sí mismos, sino en la sola
medida en que se beneficien los unos de los otros.
Igualmente los
que se quieren por placer: aquéllos que son superficiales no tienen
afecto a otros porque sean de una condición determinada, sino simplemente
porque les resultan agradables.
Estas amistades
lo son, por tanto, por accidente. Cuando ya los supuestos amigos ya no son
útiles o agradables el uno para el otro, dejan de quererse.
Pero la amistad perfecta es la de los hombres buenos e
iguales en virtud. Y ello es así porque éstos quieren el bien el uno del otro
en cuanto son buenos y son buenos por sí mismos; y permanecen amigos mientras
son buenos. Además, los que son buenos son también útiles; y asimismo
agradables los unos para los otros.
Tales amistades son raras y requieren tiempo y trato ni tampoco se
aceptan mutuamente como amigos, ni serlo realmente hasta que cada uno se haya
mostrado al otro como digno de afecto y de confianza.
El amigo es otro yo. Los buenos amigos,
al quererse, aman realmente su propio bien, dado que el bueno, al hacerse amigo
de alguien, se constituye en un bien para aquél de quien es amigo.
Se define al amigo como aquél que
quiere y hace el bien o lo que a él le parece ser un bien, por causa del otro,
o como el que quiere que su amigo exista y viva por puro amor, del amigo mismo.
¿Es mejor querer, que ser
querido? La mayoría de los seres humanos parecen preferir, movidos por la
ambición, ser queridos a querer, y esto explica que a la mayoría de los hombres
les gusta la adulación. Pero, según el común parecer, la amistad consiste mas
en querer que ser querido.
Los
malvados siempre buscan la posibilidad de obtener algún provecho. Los malos
buscan siempre la compañía de otros para pasar los días, y huyen de sí mismos,
porque les vienen a la memoria muchas cosas desagradables pasadas o en los que harán en el futuro, mientras que
estando con otros no piensan en ellas.
No
debemos amar lo que es malo, ni asemejarnos a un ser despreciable, dado
que, según opinión común, lo semejante ama a su semejante. Pero si alguien es
posible de corregirse, se debe tratar de ayudarle.
La sola presencia de los amigos resulta
grata, tanto en la buena como en la mala fortuna. Así los que están pasando por
un momento desgraciado encuentran alivio cuando sus amigos se conduelen con ellos.
Pero por otra parte, los hombres de
naturaleza fuerte, se esfuerzan para evitar que sus amigos tomen parte en sus
penas.
No obstante es bueno acudir junto a los que pasan por adversidad sin que nos
llamen y de buena gana (porque es propio del amigo hacer bien, y sobre todo a
los que lo necesitan y no lo han pedido,
y esto es para ambos más noble y grato), y, en las alegrías colaborar gustosos
(pues también en ellas son necesarios
los amigos)..."
Textos seleccionados de: "Ëtica a Nicómaco" de Aristóteles....
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