PHAIDROS
: LA VIRTUD DEL AMOR.
"...El amor es el primero de los dioses y de todos
ellos el que más beneficios concede a los hombres. Porque no conozco ventaja
mayor que tener un amor virtuoso y para una amante que amar un ser virtuoso.
Abolengo, honores, riquezas, nada puede inspirar al hombre como el Amor, lo que
es necesario para llevar una vida honorable, quiero decir la vergüenza de lo
malo y el anhelo del bien pues el amado jamás estará tan avergonzado
como cuando su amante le sorprende en cualquier falta.
De manera que si por cualquier obra de
encantamiento un Estado o un ejército pudiese estar compuesto solamente de
amantes y amados (...) preferirían morir mil veces antes que abandonar en el
peligro a su amor y dejarle sin auxilio, porque no hay hombre tan cobarde a
quien Amor no infunda el mayor valor y no lo convierta en un héroe. Únicamente
los amantes saben morir el uno por el otro.
Por ello un amor noble y generoso se hace
estimar hasta de los mismos dioses. Y verdaderamente, si los dioses aprueban lo
que se hace por quien se ama, estiman, admiran y recompensan de muy diferente
manera al amante, porque el que ama es algo más divino que el que es objeto de
amor, porque quien ama está poseído por un dios....”
PAUSANIAS:
LAS DOS AFRODITAS.
¿“Quién duda que hay dos Amores? Todos los
dioses son dignos de ser venerados, pero distingamos bien estos dos amores.
El amor no es bello ni feo por sí mismo. Es
bello si se ama obedeciendo a las leyes de la honorabilidad, y feo si se ama
faltando a ellas, porque no es honrado conceder sus favores a un ser vicioso y
por malos motivos, y es honorable rendirse por buenas causas al amor virtuoso.
Llamo vicioso al amante vulgar que ama al cuerpo
con preferencia al alma, porque su amor no podrá ser duradero, pues ama lo que
no dura. Cuando la flor de la belleza que él ama se marchite, le veréis
desaparecer sin acordarse de sus palabras ni de ninguna de sus promesas.
Pero el amante de un alma bella permanece fiel
toda la vida porque ama lo que es duradero. Es preciso que se mire al amor,
como a la filosofía y a la virtud y que sus leyes tiendan al mismo fin que las
de éstas, en la esperanza de llegar a un grado mayor de perfección. Por un amor
así, se es capaz de emprenderlo todo, y nada
más glorioso que esto.
Es hermoso, pues, amar por la virtud y este Amor
es celestial, y es celestial por sí mismo (...) pues obliga a los amantes a
velar por ellos mismos a fin de esforzarse en ser mutuamente virtuosos..”
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