jueves, 8 de marzo de 2012

...Ética: "El principio de responsabilidad" de Hans Jonas...



“...El jugador que se juega su fortuna en el casino actúa con ligereza; y, si la fortuna no es suya sino de otro, actúa de manera criminal; pero si es un padre de familia entonces actúa irresponsablemente, aun en el caso que la fortuna sea indiscutiblemente suya, y esto con independencia de que gane o pierda. Este ejemplo dice: sólo quien tiene responsabilidad puede actuar irresponsablemente.
El conductor que conduce temerariamente actúa con ligereza en lo que así mismo respecta, pero actúa con irresponsabilidad si con ello pone también en peligro a los pasajeros: al dejarlos subir al vehículo ha asumido, por un determinado espacio de tiempo y con respecto a un asunto concreto, una responsabilidad que de ordinario no tiene con esas  personas ni para con su bienestar.
La irreflexión, que en otras ocasiones es inocente y que a veces es graciosa, se convierte aquí en culpa en sí, aun cuando todo marche bien (...). Las circunstancias o un convenio han puesto bajo mi custodia el bienestar, el interés, el destino de los otros, y eso significa que mi control sobre ellos incluye también mi obligación para con ellos. El ejercicio del poder sin la observancia del deber es entonces irresponsable, es decir, constituye una ruptura de esa relación de fidelidad que es la responsabilidad. En esa relación se da una disparidad de poder. El capitán de un barco es jefe del barco y de sus pasajeros y carga con la responsabilidad por ellos; el millonario que se encuentra entre los pasajeros y es el principal accionista de esa compañía naviera, y que por lo tanto puede contratar o despedir al capitán, tiene un poder mayor pero no en la siguiente situación. Si el capitán por obedecer al poderoso  -por ejemplo, para batir un récord de velocidad- actuase contra su  juicio sería un irresponsable, aunque en la relación de empleado tenga responsabilidad para con el poderoso y éste pueda premiarlo por su obediente irresponsabilidad y castigarlo por su desobediente responsabilidad...”

El principio de responsabilidad, 1979, Dr. Hans Jonas (1903-1993, Mönchengladbach, Alemania)


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